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Los traumatismos faciales como consecuencia de accidentes automovilísticos, deportivos, caídas o riñas se han incrementado en frecuencia en los últimos años; con frecuencia, la energía generada por estos traumatismos ocasionan la fractura de los huesos de la cara y deformidades en el contorno de la misma y alteraciones de la función de los órganos de los sentidos.

 

Las estructuras que con mayor frecuencia se fracturan en la cara son la nariz, la mandíbula, el maxilar y la órbita, ya sea de forma aislada o combinada. Entendiendo que todos estos huesos envuelven y protegen estructuras vitales que proporcionan el sentido de la vista, el olfato y el gusto así como funciones vitales como la respiración y la función digestiva, es fácil imaginar la importancia de diagnosticar y reparar adecuadamente estas lesiones.

 

Las fracturas faciales deben ser tratadas por un cirujano plástico con experiencia en Cirugía Craneofacial y un claro entendimiento de la anatomía de la zona ya que debido a la complejidad de estas lesiones en múltiples ocasiones se trata de armar un verdadero rompecabezas con los huesos del rostro. Las consecuencias de una fractura facial tratada inadecuadamente pueden ir desde deformidades del contorno del cráneo y de la cara hasta alteraciones de la visión, de la función respiratoria y de la alimentación.

 

El tratamiento de estas lesiones se realiza por lo general de forma urgente aunque no inmediata y en un entorno hospitalario en el que se cuente con la infraestructura para manejar pacientes poli traumatizados; los procedimientos quirúrgicos se realizan por lo general bajo anestesia general y para la unión de los fragmentos de hueso se utilizan miniplacas y microtornillos de materiales biocompatibles reconstruyendo el contorno facial y restaurando también la mordida que en muchas ocasiones se ve afectada.

 

Es importante también realizar de forma simultanea la corrección y sutura de las heridas en la cara que se presentan de forma simultánea a las fracturas o bien de forma aislada; para esto el cirujano plástico cuenta con un gran armamentario técnico que le permitirá obtener el mejor resultado estético posible en especial en áreas de alta complejidad como párpados, nariz y labios.

 

El tiempo de recuperación es variable aunque en términos generales después de un procedimiento realizado sin complicaciones y por un cirujano experimentado es de un par de semanas.

 

La reconstrucción anatómica del esqueleto facial y la reparación adecuada de las heridas permite que en la mayor parte de los pacientes las secuelas de los grandes traumatismos faciales sean prácticamente imperceptibles.

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