Los alimentos antioxidantes
El avance de los estudios científicos está poniendo de manifiesto de forma cada vez más clara la relación existente entre el binomio salud y alimentación. Hasta hace poco, los principales estudios se centraban en los efectos de los nutrientes, es decir, hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, los alimentos se caracterizan por ser mezclas complejas, no sólo de nutrientes, sino también de otros componentes que se engloban en un grupo heterogéneo llamado 'no nutrientes' que están siendo estudiados en la actualidad, como muchos fitoquímicos con supuesta acción antioxidante.
El término antioxidante hace referencia a la actividad que numerosas vitaminas, minerales y otras sustancias fitoquímicas tienen sobre sustancias consideradas como nocivas, llamadas radicales libres. Los radicales libres pueden reaccionar químicamente con otros componentes de las células (oxidándolos) alterando su estabilidad y funcionalidad.
¿Cuáles son las propiedades de los antioxidantes?
Existe una considerable cantidad de estudios científicos a nivel químico, de cultivos celulares y en animales que indican que los antioxidantes pueden ralentizar o posiblemente prevenir el desarrollo de algunas enfermedades, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, y otras degenerativas, como el alzhéimer o el propio envejecimiento. Sin embargo, la información de ensayos clínicos recientes, realizados en personas, es mucho menos clara. Por ejemplo, los estudios sobre antioxidantes y cáncer, hechos en poblaciones en los años 90, llegaron a conclusiones divergentes dependiendo del tipo de población que se estudiaba.
Estas sustancias se encuentran principalmente en los alimentos de origen vegetal y bien es sabido los beneficios que una alimentación rica en estos alimentos tienen sobre la salud en general. Los principales antioxidantes presentes en nuestra alimentación son:
Beta-caroteno: presente en los alimentos de color naranja, como las zanahorias, boniatos, melón cantalupo, albaricoques, calabaza o mangos. Pese a esta primera característica otros alimentos que también son ricos en beta-caroteno son las verduras de hoja verde, como las espinacas y coles.
Luteína: presentes también en verduras de hoja verde como las anteriormente mencionadas.
Licopeno: se trata de un potente antioxidante presente en los tomates, sandía, papaya o naranja sanguina. La principal fuente de licopeno de nuestra dieta es el tomate y los productos derivados de él, como salsas y ketchup.
Selenio: se trata de un mineral que forma parte de algunos enzimas con actividad antioxidante. Las principales fuentes de selenio son el arroz y el trigo (sobre todo en su versión integral), y su contenido dependerá del selenio presente en la tierra de cultivo. No hay que olvidar que el selenio está también presente en los músculos de los animales, por lo que la carne es otra de las fuentes de este mineral en nuestra dieta.
Vitamina A (retinol): los alimentos ricos en esta vitamina incluyen el hígado y yema de huevo. El beta-caroteno es considerado como pro-vitamina A, ya que es precursor de esta vitamina, por lo que los alimentos ricos en beta-caroteno también pueden considerarse como importantes para contribuir al aporte de retinol.
Vitamina C: se encuentra de forma abundante en muchas frutas y vegetales, como las naranjas, kiwis, fresas, tomates…
Vitamina E: también conocido por el nombre de alfa-tocoferol, está principalmente presente en los aceites de semillas, como girasol, soja, maíz, y frutos secos.
Existen algunos otros alimentos a los que se les ha dotado de propiedades saludables sobrenaturales debido a que presentan una elevada cantidad de fitoquímicos que podrían considerarse como antioxidantes. Teniendo esta información es importante considerar en la planeación de nuestra dieta diaria la incorporación de alimentos antioxidantes de forma rutinaria.